La devastadora radiografía de José María Fumagalli expone cómo el modelo libertario hundió la industria nacional al nivel más bajo de la historia: el sector manufacturero cayó al 17% del PBI mientras las finanzas crecieron 27%. Miles de familias argentinas ya no pueden comprar ni carne ni leche, pero los ricos duplicaron sus viajes al exterior y la compra de autos de lujo.

«La industria en crisis» por José María Fumagalli
Principales síntomas de la crisis industrial argentina
- Caída del valor agregado manufacturero**
La industria manufacturera cayó al 17,06% del VAB en el primer trimestre de 2025, su nivel más bajo de toda la serie histórica desde 2004. Esta contracción representa una pérdida de US$ 5.100 millones comparado con el promedio 2004-2023. Los sectores más afectados son textiles, prendas de vestir, cuero y calzado, industrias metálicas básicas, y muebles y colchones. - Contracción del consumo**
El consumo privado sufrió una caída equivalente a US$ 5.167 millones en 2024. Sin embargo, existe una polarización: mientras la mayoría redujo el consumo de bienes básicos, una minoría aumentó gastos suntuarios. El poder de compra del salario mínimo cayó 51,7% para la canasta alimentaria y 55,9% para la canasta básica total entre 2017 y el primer trimestre de 2025. - Cierre masivo de empresas**
Durante 2024 se perdieron aproximadamente 13.000 unidades productivas, incluyendo 5.200 PyMEs industriales. Más de 20 multinacionales abandonaron el país (Unilever, Nike, Zara, Mercedes-Benz, HSBC, entre otras), ya sea vendiendo operaciones o cerrando directamente. - Aumento del desempleo**
La desocupación alcanzó 7,9% en el primer trimestre de 2025. Según CEPA, se perdieron 157.203 puestos de trabajo formales (115.353 del sector privado y 58.210 del público) durante la gestión Milei.
Principales causas estructurales
- Primacía financiera sobre producción**
El gobierno replica modelos económicos fracasados de 1976-2000 y 2015-2019. La intermediación financiera creció 27,2% en el primer trimestre de 2025, mientras manufacturas y construcción siguen en crisis. Los beneficios financieros se fugan al exterior, restando recursos para inversión productiva. - Dogmatismo del ajuste**
El modelo se obsesiona con el superávit fiscal mediante recortes en salud, educación, jubilaciones y obra pública, mientras beneficia fiscalmente a sectores concentrados. Ignora que el superávit también puede lograrse con mayor actividad económica y gravando más a los sectores favorecidos. - Pérdida de capacidad adquisitiva**
Se configuraron «dos mercados»: uno en retracción para pobres y otro en ascenso para ricos. Mientras cayó el consumo de carne (-15,9%), leche (-10,2%) y medicamentos (-6,8%), aumentó el patentamiento de autos (+135,7%), turismo al exterior (+108,8%) y compraventas inmobiliarias en Buenos Aires (+73,1%).
Medidas urgentes propuestas
Fumagalli propone una declaración de emergencia industrial de un año (prorrogable) que incluya:
- Reponer aranceles a importaciones de productos que se fabrican localmente
- Eliminar aranceles a insumos industriales no producidos nacionalmente
- Reducir retenciones a exportaciones industriales equiparándolas con las agropecuarias
- Establecer precios máximos con márgenes razonables para insumos difundidos y alimentos básicos
- Desacoplar precios domésticos de internacionales
- Otorgar créditos preferenciales a productores industriales
El autor concluye llamando a abandonar los enfrentamientos estériles que perpetúan las crisis recurrentes, abogando por un consenso entre trabajadores, empresarios y Estado para definir políticas industriales definitivas basadas en la experiencia de la emergencia.
